jueves, 27 de noviembre de 2008

BIENVENIDA

En este espacio compartiré trabajos y reflexiones en torno a la educación y la formación docente en modalidades no presenciales. Espero genere inquietudes y contribuya a la formación de una comunidad de análisis y aprendizajes.

"EL PAPEL DEL PSICOLOGO ANTE LAS PERSPECTIVAS EDUCATIVAS ACTUALES"

RESUMEN

El presente trabajo plantea la reflexión sobre el campo de aplicación de la Psicología en un mundo donde el uso de la tecnología se ha hecho preponderante.

Toma como referentes para su desarrollo los trabajos expuestos en este congreso, por Castro y Kuri, además de documentos generados por el Centro Nacional de Evaluación CENEVAL, Onrubia, J. Díaz, F. y la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación superior ANUIES, además de la propia reflexión del autor ante la experiencia de incursionar en propuestas educativas de educación abierta y a distancia.

Palabras clave: educación a distancia, aprendizaje virtual, enseñanza virtual, rol docente, las TIC en la educación

DESARROLLO

Es un hecho que las implicaciones de la tecnología en la educación han marcado un cambio radical en nuestro siglo.

Su uso e importancia abre posibilidades para que puedan formarse psicólogos en modalidades diferentes a las exclusivamente presenciales. Cada vez se observan más opciones que ofrecen programas de formación en modalidades abiertas y a distancia.

Estos cambios, tienen como consecuencia el enriquecimiento de un perfil profesional que abre la necesidad de desarrollar nuevas competencias y maneras de realizar la acción de los profesionales de la Psicología.

Se advierte que el entorno educativo actual abre perspectivas y oportunidades para generar nuevos psicólogos, que resuelvan las necesidades presentes y futuras.

Considerando algunas de las áreas de aplicación del campo laboral de la Psicología se proponen nuevos conocimientos, habilidades y actitudes que el psicólogo tendrá que aprender para responder a estos nuevos escenarios. Un caso evidente es el campo de la psicología educativa.

AMBITO EDUCATIVO

Cada vez se observan más opciones que ofrecen programas de formación en modalidades abiertas y a distancia, donde la utilización estratégica del uso de las Tecnologías de Información y Comunicación TIC “suple” en muchos momentos la relación física y personal entre el educador (maestro) y los educandos (estudiantes).

Esto hace reflexionar sobre los paradigmas predominantes de una pedagogía tradicional, para abrir nuevas formas de generar los procesos de enseñanza, de aprendizaje y de evaluación, ejes centrales en la formación de todo individuo.

Como consecuencia de estas reflexiones se plantea aportar elementos que den un marco teórico de referencia sobre los procesos virtuales de enseñanza y de aprendizaje de manera que sean debidamente orientados, asi como las prácticas de planeación, diseño, evaluación de entornos, materiales, estrategias, metodologías y propuestas de enseñanza y aprendizaje virtual.

El psicólogo debe reconocer este marco para identificar la complejidad de las relaciones entre las nuevas tecnologías de la información y comunicación y las prácticas educativas actuales, evitando llegar a conclusiones superficiales y creer que el simple hecho de incorporar las TIC a la educación contribuye a mejorar la calidad de la misma.

No son pocas las experiencias que centran la utilidad de la incorporación de las TIC a los procesos de enseñanza y aprendizaje en los aspectos tecnológicos más que en los propiamente educativos.

El psicólogo, como experto en el conocimiento y la orientación del comportamiento humano en los procesos de enseñanza y de aprendizaje, deberá procurar que el uso de los nuevos entornos de aprendizaje y las nuevas herramientas tecnológicas sean utilizados de manera estratégica sin que el proceso formativo pierda su esencia.

El Aprendizaje virtual, entonces, deberá mantenerse como un proceso formativo y de construcción del conocimiento.

La tendencia educativa actual, desde un enfoque constructivista, plantea que lo que el estudiante aprende en un entorno virtual no es la reproducción de lo que se le presenta como contenido a aprender, sino una asimilación y procesamiento del contenido mediado por su estructura cognitiva, donde debe poner en juego el ejercicio de muchas habilidades, capacidades cognitivas fundamentales como la percepción, la imaginación y la memoria, estrategias de aprendizaje para obtener y buscar información, para asimilarla y retenerla, para organizala, inventar y tener un pensamiento abierto a nuevas perspectivas, para analizar opciones, resolver problemas y tomar decisiones, para desarrollar capacidades metacognitivas y de autorregulación, para manifestar sus estados afectivos y motivacionales, así como expresar su propio estilo de aprendizaje ante los contenidos dados.

El conocimiento de estos factores es tarea del psicólogo y la actividad mental constructiva que el alumno desarrolla en torno al contenido, se configura como clave esencial para el aprendizaje, ya que según Onrubia (2003), el “postulado constructivista” y la importancia atribuida a la actividad mental constructiva del alumno en su proceso de aprendizaje tienen múltiples e importantes implicaciones para una comprensión más afinada de cómo se aprende en entornos virtuales y de qué se puede hacer desde la enseñanza para promover ese aprendizaje.

Por un lado existen los estímulos, contenidos de aprendizaje, materiales y características externas al individuo que aprende y por otro la forma como el alumno recibe, organiza, procesa y da respuesta a ese contenido, lo cual tiene que ver con lo que cada alumno aporta al proceso de aprendizaje.

Esta diferencia, según Onrubia, permite distinguir entre dos condiciones, igualmente necesarias pero distintas entre sí que están presentes y deben cumplirse para que el alumno pueda atribuir significado al contenido que aprende.

Por un lado, la significatividad lógica, relacionada con la estructura y organización interna del contenido a aprender. Por otro, la significatividad psicológica, relacionada con el hecho de que el aprendiz disponga de elementos en su estructura cognitiva que pueda poner en relación de manera sustantiva y no arbitraria, de manera profunda y no superficial.

Esto se destaca en coincidencia con el autor porque, “mientras la significatividad lógica puede garantizarse, esencialmente, desde el diseño del material de aprendizaje, al margen en buena medida de las características concretas de los alumnos a los que ese material se dirige, la significatividad psicológica sólo puede asegurarse mediante formas de ayuda que permitan la adaptación cuidadosa y continuada, en el propio proceso de aprendizaje, de ese material a los alumnos concretos que deben aprenderlo. De ahí la insuficiencia, desde esta perspectiva, de una visión del diseño de los procesos virtuales de enseñanza y aprendizaje virtual centrada únicamente en el diseño de materiales, al margen de las características de los alumnos concretos a los que se dirige y de la dinámica de cambio y evolución de esas características en el contexto particular de la situación de aprendizaje de que se trate” (Onrubia). Ni el significado ni el sentido que el alumno construye están, meramente, en el material que es objeto de aprendizaje, ni su construcción queda asegurada por el diseño de dicho material.

Ayudar al aprendizaje virtual, no es simplemente una cuestión de presentar información o de plantear tareas a realizar por parte del alumno. Es, esencialmente, seguir de manera secuencial el proceso de aprendizaje que éste desarrolla y ofrecerle los apoyos y soportes que requiera.

Es aquí donde nuevamente se evidencia la labor de los psicólogos, en la aportación que pueden dar en los procesos de información y comunicación permanente entre el maestro y el estudiante potencializando el aprendizaje autónomo formal, interactivo y dinámico a través de recursos multimedia, considerando una formación más “flexible” y acorde a las características del estudiante: sus estilos y ritmos, sus intereses y motivaciones, sus modos de aprender y sus condiciones específicas para adquirir aprendizajes virtuales plenamente significativos.

En este sentido, el docente también tiene retos importantes: asumir un nuevo rol y prácticas de enseñanza y de aprendizaje acordes a los nuevos recursos educativos donde las estrategias de enseñanza virtual utilizadas, sean relevantes para el logro de los objetivos educativos, ante experiencias bien contextualizadas y situadas.

Es importante promover en este docente un cambio de paradigma en la expresión de su rol, donde no asuma la postura de transmisor de conocimientos, experto en contenidos sino la de un facilitador del aprendizaje, un colaborador, tutor y guía de sus estudiantes, un participante del proceso de aprendizaje, donde la responsabilidad del proceso sea una actividad compartida.

El aspecto que facilita esas formas de construir el conocimiento radica en la ayuda educativa que proporciona el profesor, donde generar aprendizaje virtual no consiste simplemente en presentar información, plantear tareas o usar herramientas porque las proporciona la tecnología, sino en dar el acompañamiento al estudiante de manera continua en el proceso de aprendizaje que éste desarrolla, en los intereses formativos, en las estrategias que presenta y la significación de los contenidos.

Y en esta función, atenderse a una co-responsabilidad conjunta de objetivos, tareas y logros entre profesor-alumno y entre la colaboración que el mismo grupo pueda aportar. Sólo a partir de esta experiencia conjunta el estudiante podrá ir más allá de lo que la interacción solitaria con el contenido le permitiría hacer.

En los casos en los que el psicólogo intervenga como docente, es necesario que perciba a los nuevos estudiantes, no como receptores pasivos de información, como reproductores del conocimiento sino como agentes activos y participantes del proceso de aprendizaje, alguien que es capaz de producir y compartir el conocimiento, dando importancia al aprendizaje como una actividad colaborativa, donde unos y otros se enriquecen con sus experiencias, modos de procesar la información y estilos de aprendizaje propios.

Requiere desarrollar en el estudiante la capacidad para usar estratégicamente el conocimiento que va adquiriendo y para seguir aprendiendo de manera cada vez más autónoma y autorregulada, sin perder de vista que el estudiante forma parte de una comunidad y aprovechando las aportaciones del aprendizaje participativo y colaborativo.

La asunción de esta relación: estudiante-docente-contenidos de aprendizaje-medios de interacción como unidad básica de análisis de los procesos de enseñanza y aprendizaje en contextos virtuales implica, según Onrubia, considerar la articulación entre las actuaciones del docente y los estudiantes, en torno al contenido y tareas de enseñanza y aprendizaje, la “actividad conjunta” o “inter-actividad” como factor explicativo fundamental del aprendizaje en estos contextos y de su calidad., donde la existencia de una “actividad conjunta” no exige la co-presencia ni en el espacio ni en el tiempo de los participantes, quienes lo realizan de manera remota y asíncrona.

“…lo que hace que la “actividad conjunta” sea efectivamente conjunta no es la co-presencia física de los participantes, sino el hecho de que profesor y alumnos actúan el uno para el otro y entre sí, de manera que las actuaciones de cada participante sólo se entienden y cobran significado en el marco de, y en referencia a, las actuaciones del resto de participantes. Así por ejemplo, cuando el profesor y los alumnos “conversan” en un foro están, sin duda, implicados en un proceso de actividad conjunta, al igual que cuando el profesor revisa un documento previamente enviado por un alumno, o cuando el alumno estudia un material hipertextual previamente puesto por el profesor en el entorno virtual que comparten” (Onrubia, 2003)

Esta actuación del educador requiere irse precisando con experiencias compartidas y generando comunidades donde se analicen esas experiencias.

Ejemplos de ésto es la formación de educadores considerando el rol que debe asumir aprovechando los recursos de la tecnología como se han realizado en instituciones como la UPAEP, donde se reconoce el ajuste que debe mostrar la relación entre asesor y estudiantes para mantener un vínculo de interacción a pesar de la “no presencialidad” y de la realización de actividades asíncronas, de mejorar sus estrategias de enseñanza y considerar las diferencias individuales de los estudiantes, de trabajar de manera consciente e intencional en un diseño instruccional donde la planeación, el desarrollo de los cursos y las formas de evaluación sean consistentes y congruentes con los objetivos de formación y capacitación para el trabajo, donde se aproveche de manera estratégica el uso de las tecnologías de información y comunicación optimizando las bondades que estos medios de intervención educativa proporcionan.

Queda mucho por hacer, mucho por analizar y seguir construyendo en el camino andado y la mayor inquietud es generar en los psicólogos el interés por incursionar en estas alternativas de educación para seguir aportando lo esencial de su formación: el conocimiento del ser humano y la búsqueda de su desarrollo ante las condiciones del siglo XXI.

FUENTES DE CONSULTA

Castro, P. (2007). El psicólogo y los entornos virtuales. Trabajo presentado en el IV Congreso de la Región Golfo-Centro del CNEIP. “Las Psicologías Universales ancladas regionalmente”

Conclusiones Foro de Calidad Educativa ANUIES-UAM (Feb.2006)

Díaz-Barriga, F. y Hérnández Rojas G (2001) Estrategias docentes para un aprendizaje significativo: Una interpretación constructivista. México. Mc Graw Hill (2ª edición)

Kuri, S. (2007). Enseñanza Virtual: una experiencia de capacitación docente en la UPAEP Trabajo presentado en el IV Congreso de la Región Golfo-Centro del CNEIP. “Las Psicologías Universales ancladas regionalmente”

RED. Revista de Educación a Distancia. http://www.um.es/ead/red
Aprender y enseñar en entornos virtuales: actividad conjunta, ayuda pedagógica y construcción del conocimiento.
Javier Onrubia.